Thursday, January 8, 2009

SOLILOQUIOS EN EL DESIERTO: 4 poemas, una maldición y un grito

1.
Gritó ¡esperanza!
Y el eco le devolvió polvorientas sus palabras.
Quiso gritar, quiso seguir gritando,
Pero se le hizo un nudo en la garganta,
Y murió así, ahorcado.

2.
Hoy me he levantado sin tus besos,
Sin dineros,
Hoy me he levantado con la ropa sucia,
Y las barbas largas,
Hoy que me he levantado con
Los pies llenos
De polvo del camino,
Que pasé la noche andando,
Hoy que me he levantado tan cansado,
Hoy empiezo a andar.

3.
Con el viento en las ramas
gritan los árboles al suelo te quiero;
con el polvo del camino gritan al suelo,
los pies del caminante,
no me dejes;
con la furia del torrente grita
el agua al cielo dame más:
todos gritan salvo tú
que por dentro te ensordeces
preguntándote por qué.

4.
Caminante polvoriento, que tallas
Con tus callos los caminos,
Caminante, caminante, que te dicen
Vagabundo y alzas la mirada enaltecido,
Caminante, caminante que por ti
Los solitarios encuentran
Compañía en el camino,
Caminante, caminante, que cualquier
puerto es destino,
caminante, caminante,
no es llegar, no es llegar,
no es sino vagar tu sino.

x. MALDICIÓN
Dijo el polvo al caminante
¡El mundo es tuyo!
Y tú, ¡Tú eres mío!

xx. UN GRITO
Maldigo
Al Dios omni-impertinente,
Que me puso a mi y al polvo
en el camino,
para reírse a cada paso
con su mil veces dicho
y mil veces maldito:
“de polvo eres
y en polvo te convertirás”

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